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Combatientes de la libertad. Nunca este apelativo habría calificado mejor a los caricaturistas y dibujantes de prensa que el día después del espantoso ataque a la redacción de Charlie-Hebdo. Toda la redacción y los amigos de Sens public, indignados, expresan aquí su eterno compromiso junto a aquellos que prosiguen su obra en esta época en la que el terror amenaza con cerrar por doquier los espacios de debate y que la toman con los bienes comunes del pensamiento crítico y de la resistencia al conformismo.
Los asesinos expresan su odio sin vacilar, y afirman que la violencia debe triunfar ante la democracia. Su acto es un discurso: aquel que lleva la guerra contra toda ironía que turbe los dogmas. Reactivo ante todo, dicho discurso la toma con la inteligencia, con la independencia intelectual, con el debate de ideas y con las solidaridades interculturales. Asesinar a una redacción: este crimen sin precedentes marca un antes y un después en nuestra historia cultural, valiéndose de una ideología que considera inválidas las leyes civiles y la protección de las personas, y se jacta del odio de todos contra todos.
Esta agresión no podría quedarse sin respuesta. Proseguir la exploración crítica de los conflictos contemporáneos, publicar aún más acerca de sujetos que crean polémica, luchar contra todo lo que debilita y amenaza el espíritu crítico, agrandar aún más nuestra misión de formar a jóvenes autores capaces de trabajar en red, tal será nuestra respuesta. En efecto, si el fanatismo tiene una cara ideológica contra la cual nos alzamos, también tiene otra, cultural, sobre la cual debemos actuar – las certezas que nos encierran a todos en un mundo estrecho y que nos condenan a aceptar con demasiada facilidad el famoso adagio “There is no alternative".
Sin duda, todo ello no es suficiente. Miles de jóvenes europeos no ven otra oportunidad que la de sobrevivir, sin oportunidades económicas ni una integración abierta. Los guetos de la República parecían haberse calmado tras algún que otro disturbio, pero el fanatismo recluta siempre a individuos sin causa cuya brutal transgresión será para siempre su título de gloria y locura. Comprometido con la libertad, Charlie lucha contra todas las hipocresías y apoya la integración en contra del comunitarismo: si querían gritar su odio, ¡los asesinos no han hecho más que equivocarse en su blanco! La línea seguida por Charlie contra la indiferencia y el menosprecio es parte integrante del pacto republicano y nosotros necesitamos el talento, la irrespetuosidad y el compromiso de tales artistas y editorialistas.
El cuento filosófico de José Saramago Las intermitencias de la muerte, acaba con el sueño en el que se ve cómo la muerte deja de golpear tras emocionarse con el talento de un violonchelista que “toca como si hiciese sus últimos adioses al mundo’. Es la sinceridad lo que asesinamos. El periodista y novelista portugués quería decir también con ello que el futuro no se agota en las estadísticas, sino que exige la autenticidad de la comunicación. Nosotros la practicaremos y la reforzaremos cada día.