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La noción de innovación social ha sido abordada por numerosos investigadores de humanidades y ciencias sociales en las últimas décadas. Y en ello trabaja desde 2019 un equipo de ciencias económicas y de gestión en el marco de un proyecto de investigación sobre la gobernanza de las innovaciones sociales[1]. Este número especial tiene su origen en este proyecto, que busca responder a una pregunta central: ¿cómo se producen las innovaciones sociales en un momento en el que la creatividad es una necesidad para imaginar cómo satisfacer necesidades deficientes o insatisfechas, y en el que la tecnología digital se está convirtiendo en consustancial a muchos de nuestros hábitos y prácticas? Este número pretende ser no sólo conceptual, estableciendo un marco de análisis, sino también pragmático, proponiendo respuestas concretas a nuestra pregunta central. Cada uno de los ocho artículos de este número aporta su propia contribución a este objetivo.

El artículo de Romain Slitine, Didier Chabaud y Nadine Richez-Battesti desarrolla el papel desempeñado por el proceso de intermediación en la producción de innovaciones sociales. A través de un análisis en profundidad del caso del dispositivo Start-up de Territoire (SUT), los autores ponen de relieve la existencia de cuatro procesos, a saber: (i) la construcción de la visión del territorio, (ii) la ampliación de la red, (iii) la puesta en evidencia del término medio, y (iv) la articulación de los distintos niveles distinguiendo entre la traducción de arriba abajo y la de abajo arriba.

Céline Merlin-Brogniart aborda el tema desde el ángulo de las redes, subrayando la importancia de la proximidad social e institucional y de la colaboración en la producción de innovaciones sociales. A partir del estudio de cuatro casos prácticos, la autora revela hasta qué punto es posible adaptar y compartir herramientas comunes e idear métodos ad hoc. Esta flexibilidad favorece una gobernanza colaborativa y creativa.

Esta cuestión de la gobernanza está también en el centro del artículo de Koussila Bedrane-Makhlouf y Youssef Errami. Basándose en un estudio de casos múltiples, los autores concluyen que la naturaleza de la innovación social exige una transformación de la gobernanza pública local. Esto puede implicar tanto una gobernanza ascendente como descendente, pero también lo que se conoce como gobernanza compartida, ya que implica activamente a los agentes públicos y privados y a la sociedad civil.

El artículo de Müge Ozman y Cédric Gossart introduce el lugar de la tecnología digital en la producción de innovaciones sociales mediante el estudio de las empresas sociales digitales. Utilizando datos de 189 plataformas de compromiso cívico en Europa, los autores se propusieron identificar las estrategias que permiten a estas empresas escalar. Estas estrategias se conocen como scaling out, scaling up o scaling deep.

Existen otros tipos de plataformas que fomentan la producción de innovaciones sociales. El estudio de Gilles Baille y Charlotte Caire sobre la plataforma “Les Oiseaux De Passage” demuestra que se trata de un objeto fronterizo que puede facilitar la gobernanza de la innovación social. En este caso, se trata de una plataforma digital co-construida por un colectivo creativo de diferentes mundos sociales, organizado en forma de cooperativa, para apoyar el turismo alternativo.

Este tipo de modelo, diferente del capitalismo tradicional, se hace eco de las investigaciones realizadas por Sophie Bollinger y Marion Neukam. Las autoras exploran las palancas de que disponen las organizaciones europeas para liderar la transición hacia el desarrollo sostenible. A partir de 82 entrevistas realizadas en 16 organizaciones europeas, demuestran que situar a las personas en el centro de esta transición y optar por un enfoque colectivo son mecanismos fundamentales. También destacan el papel central que desempeñan los directivos en esta transición.

Una forma de hacer visible el compromiso de las organizaciones con la producción de innovaciones sociales es desarrollar la I+D social. Jade Omer, Marie Ferru y Meri Réale están investigando el tema (estudio conceptual y empírico de unas cincuenta entrevistas), proponiendo en última instancia un marco conceptual y operativo para definir los contornos de la I+D social.

Sin dejar de reflexionar sobre otros modelos posibles, y para concluir este número especial, Raphaël Didier y Yamina Tadjeddine analizan el caso de los criptoactivos como innovación social, ya que permiten responder a nuevas necesidades cada vez más expresadas por los ciudadanos (aspiración a monedas liberadas de Estados y bancos, búsqueda de anonimato, facilidad para las transferencias internacionales y alternativa creíble al dólar). Los autores muestran que la producción de esta innovación social presupone la creación de comunidades, la valorización de los bienes y servicios digitales y la coproducción de servicios por la red.