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Scott, Clive (2018): The Work of Literary Translation. Cambridge, UK / Nueva York: Cambridge University Press, 285 p.[Notice]

  • Celene García Ávila

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  • Celene García Ávila
    Universidad Autónoma del Estado de México, Toluca, México

Si bien el título del libro de Clive Scott, The Work of Literary Translation, alude al acto de traducir textos literarios, en general, la propuesta que ofrece está centrada en la traducción de textos poéticos. Esta precisión es muy necesaria porque este estudio en su conjunto evidencia dos intereses fundamentales. El primero, se refiere a un deslinde teórico que está en marcha en cada capítulo, de ahí que el lector se familiarice con las expresiones: «translation is…» y «translation is not…»; el segundo tiene que ver con la demostración del trabajo de traducción poética que el autor defiende, es decir, con una explicitación sistemática de la traducción poscolonial. Para empezar, hay que dejar bien claro que Scott se pronuncia a favor de evidenciar la presencia activa del traductor en el texto que se ofrece a la cultura meta. Para ello lleva a cabo algunos deslindes. Por un lado, aclara que su comprensión del acto de traducir está centrada en la pragmática de la lectura, como un evento dinámico. Por ello, subraya la actividad del traductor como un lector creativo y atento a lo que el texto origen («source text», «ST») dice entre líneas o, mejor dicho, a aquello que el texto no dice pero implica o sugiere. Por ello, una de sus definiciones de traducción estipula: «translation is not about preserving the ST, but about releasing the ST’s potential volatility» (p. 8); pensar que hay un sentido que verter fielmente de una lengua a otra es una idea que Scott desea revertir, pues la considera una prisión anacrónica en un mundo que tiende a comunicarse en múltiples identidades y lenguas. Así pues, la traducción de Clive Scott no está dirigida a lectores monolingües. Para fundamentar el concepto de trabajo («work») Scott toma la noción de esfuerzo que Derek Attridge desarrolla en The Work of Literature (Attridge 2015), quien afirma que el lector debe afanarse por acceder a la literaturidad de las obras literarias, labor paralela al esfuerzo creativo del autor. Scott toma estas coordenadas teóricas y las lleva al campo de la traducción; entonces, el traductor se presenta como un creador cuyo mayor trabajo ocurre al momento de la recepción, pues se convierte en el agente que induce al lector de la lengua meta a ejecutar un esfuerzo de lectura similar al que hace el lector del texto fuente. El énfasis está puesto en el proceso de lograr esto; se trata de la noción de translation performance: «the making of translation». Entonces, no puede privilegiarse la obra (el texto) sobre el trabajo, entendido como un proceso de ida y vuelta entre el texto-autor-lector de la lengua origen y el texto-autor-lector de la lengua meta, gracias al trabajo del traductor. Aparte de la preferencia por el lector plurilingüe, hay otros elementos que Scott pondera. Prefiere ubicar la traducción aprovechando toda la página, pues considera que la presentación tipográfica tradicional del texto limita la expresión a la configuración de renglones, párrafos o estrofas y márgenes. En consecuencia, elige lo tabular por encima de la disposición lineal porque la noción de entradas múltiples, a manera de columnas o de cuadro sinóptico, permite dar cuenta de varios elementos de manera simultánea, lo cual supera el orden secuencial de la línea. Estos dos aspectos, la página y lo tabular, evidencian la cercanía con la estética de las Vanguardias, que se apropiaron del espacio en blanco de la página de maneras novedosas, fragmentarias y expresivas. Posteriormente, Scott subraya el valor que debería tener lo paralingüístico en la traducción; para explicarlo, presenta detallados análisis de los aspectos fónico-fonológicos, métricos y rítmicos de …

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